martes, 23 de mayo de 2023

3. Relatos audiovisuales



Tik Tok es una de las redes sociales que más causa furor entre el público juvenil y no tan juvenil. Podemos aprovechar el tirón de esta red social para proporcionar contenidos relacionados con la didáctica de la lengua y la literatura a nuestros alumnos. Desde la cuenta de El coloquio de los gatos (@elcoloquiodelosgatos) | TikTok, os mostramos algunos de nuestros relatos audiovisuales (Poetoks) sobre Max Aub para este fin. Esperamos que os gusten. 


1) Si Max Aub tuviera Instagram me lo imagino tal que así.
@elcoloquiodelosgatos #poetok #constelacionliteraria #maxaub #generaciondel27 #invticua23 ♬ sonido original - El coloquio de los gatos

2) "Se es de donde se hace el Bachillerato".
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3) "Simún" de Max Aub. 
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4) Fans de Max Aub cuando Iberlibro les ofrece la obra más descatalogada del autor con la peor edición de la historia editorial por 95 euros. 
@elcoloquiodelosgatos #maxaub #poetok #invticua23 #constelacionliteraria #generaciondel27 ♬ sonido original - El coloquio de los gatos

5) Max Aub y el Guernica.
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Añado que Picasso no quería que el cuadro viajara a España hasta que no hubiese una democracia. El Guernica estuvo expuesto en varios lugares hasta que aterrizó en el MoMa de Nueva York. El MoMa exigía pruebas (una factura) para devolver el cuadro a España. Conseguir ese papel no fue fácil. El diplomático Fernández-Quintanilla halló la pista buena cuando estaba destinado en Suiza en 1977. Allí había conocido a Ramón, el hijo de Araquistáin, el embajador español en Francia en 1937. Le preguntó a Ramón si había oído hablar a su padre de la cantidad cobrada por Picasso. No se acordaba. Pero, poco a poco, fue recobrando la memoria. Ramón guardaba en una casa de Ginebra la biblioteca y el archivo de su padre. Allí se encontró la carta en la que Max Aub citaba el pago de 150 mil francos por el 'Guernica', y un estado de cuentas donde aparecía claramente la cantidad y el beneficiario, P. Picasso, que cobraba en concepto de "propaganda". Pero Ramón no quería soltar las pruebas gratis: pedía cuatro millones por la factura y la biblioteca de su padre. En 1981 Ramón moría de un infarto cerebral y Fernández-Quintanilla negoció con la viuda la venta de los papeles por menos de la cuarta parte de lo que pedía su difunto marido. El diplomático le entregó la factura al director del MoMa y meses más tarde se llegaría a un acuerdo con los herederos para el traslado del cuadro a España, que se expuso en el Casón del Buen Retiro. Actualmente se encuentra en el Reina Sofía. 





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